CRÓNICAS DE LA "VASSA" XV: Estocolmo - Madrid ...¡¡¡LA AVENTURA!!!

Hace años, quizá décadas, escuche a una de las mentes más brillantes que haya dado este país una frase que no se me ha olvidado. No solo no la he olvidado sino que me he sentido protagonista de la misma varias veces , y el retorno en avión fue una de ellas.
“Vivimos en una sociedad donde todo el mundo te da por el culo, pero cuando te das la vuelta para ver quien te esta jodiendo, resulta que nadie tiene pirula” Albert Boadella
En esto se han convertido los viajes en avión, sin saber nunca de quien es la responsabilidad de lo que ocurre. …
¡¡¡en este caso seguro que del perro, que no puede hablar para defenderse!!!

Llegue al mostrador del aeropuerto de Arlanda cerca de Estocolmo, con tiempo suficiente para facturar mi casa rodante. Ni justo ni abundante, pero si suficiente.
La primera chica con la que hablo no tiene ni idea de cómo proceder, pero me pasa con quien si lo sabe. Un Sueco de origen angoleños predispuesto a ayudar en todo momento.
La primera indicación es que tengo que meter la bici en una caja, me resulta conocida, y que tengo que pagar 50 euros. A los pocos minutos ya se convierten en 75, desgraciadamente me sigue resultando conocido.

Cuando el colega me trae la caja ya preveo los problemas para meter la bici dentro. Las caja para bici que vende Iberia a 20 euros, no son de bici de adulto, son de niño o como mucho de cadete. Me pongo manos a la obra para desmontar media bici, y que coja dentro. 

Poco a poco el tiempo va pasando, y la sombra de perder el aeroplano comienza a hacerse realidad. El colega me ayuda con la bici, pero no es un apóstol, y los milagros no le salen aunque lo intenta.

Llevo la caja a la entrada de equipajes especiales pero no la puedo pasar, tengo que esperar que venga un perro a revisarla. Pasan los instantes y el perro no llega, pasan los minutos y el perro sigue sin llegar. Me empiezo a poner nervioso, la sombra de perder el avión es cada vez mayor.

Dejo allí la bici y me voy al mostrador de pago. Tengo que pagar 75 euros de la bici mas 20 de la caja. En cuanto saco la tarjeta ya me dicen que no vale. Llevo 3 meses en Suecia y no he tenido ningún problema con la tarjeta, aquí no me vale.
Voy a un cajero mientras la sombra se alarga. Pago y me voy corriendo, literalmente, a la puerta de embarque.

A la puerta me espera la ultima. Con una mochila a la espalda, y la bolsa de fotografía por bandolera avanzo todo lo rápido que puedo. Corro un poco por la terminal, y camino el resto. Avanzo más rápido caminado que corriendo.

Cuando llego a la puerta de embarque la ultima. La delegada de escala me pide explicaciones sobre si yo, siendo empleado de Iberia llego tarde al avión por que he estado discutiendo no se que, con no se que empleado …
¡¡¡DE LOCOS!!!

Nada mas entrar en el avión el comandante ya me lo dice, La bici no va ha llegar, no la han embarcado.
Supongo que el perro no llego, no la olio, y el será el culpable de todo.
Es evidente que Iberia no tiene culpa de nada, pero en la aeronáutica sueca ¿Quién es el responsable? La compañía de seguridad, el ente aeronáutico sueco, al final seguro que la culpa el del perro …,
¡y mía por volar claro!.

Yo soy el perjudicado pero no puedo reclamar nada, ¿ a quien reclamo?, la bici llegó a los dos días.
Me remito a la frase de Albert, Cuando te das la vuelta para ver quien te jode ves que nadie tiene pirula

Varias veces me he quedado en tierra por volar con billetes sin derecho a reserva, pero nunca lo pase tan mal como hoy. Hoy fue la primera vez que he sentido una presión en el pecho que me dificultaba la respiración, y me revolvía el estomago. Sentado en la butaca serenándome lo pensaba.
“Para vivir esto prefiero quedarme en tierra y coger el siguiente. Para coger el siguiente estoy preparado, para lo de hoy no”

1 comentario:

  1. Ésta es una de las razones por las que comienzo a odiar un poco los viajes al extranjero en los que es necesario transportar demasiados cacharros personales.
    El perro estaba de baja por un resfriado y no había otro contratado.
    Un saludo.

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