CRÓNICAS DE "LA VASSA" XIV: El turista accidental y II

Poco a poco, y mas por supervivencia urbana que otra cosa, voy cogiendo el ritmo a eso del turismo accidental.
Hoy conseguí meterme en el barco para hacer el circuito por el archipiélago de Estocolmo, un montón de islas que se extienden al Noreste de la capital sueca, o como lo venden aquí, la capital de Escandinavia.


TERMINANDO EN EL REDIL
Donde fueres haz lo que vieres suele ser un buen lema para cuando se sale de casa, pero hay excepciones. Cuando uno sigue al rebaño como una oveja mas puede ocurrir lo más obvio, que uno termine en el redil.
Lo mejor de toda la visita es el viaje en barco, inaugurando para la vista una y mil islas diferentes. Cuando llegamos a una escala donde todo el mundo se bajó yo hice lo mismo, para descubrir que no había nada que descubrir.
Distintas tiendas con los mismos artículos que en Estocolmo, y que en muchos de los sitios de residencia de los que íbamos en el barco.,
Me perdí continuar un poco más sorteando islas, islotes, cisnes y piragueros, para ver lo que no tenía nada que ver.
Esta bien eso de “A donde fueres haz lo que vieres”, pero hay que saber a quien se mira , si es del lugar o es foráneo, pues sino, si se  sigue a un turista, se termina en el redil.
Vistas desde el barco.




AVENTURA ACCIDENTAL
No consegui alquilar la piragua, pero mate el gusanillo. Alquile una canoa. Era doble, pero iba yo solo en ella. Tenía una pala de esas que hay que hacer como en la películas de tramperos canadienses, remar un poco por un lado y cambiar al otro lado. En ese plan dure menos de 5 minutos, Entre los cambios de lado de la pala, y que la canoa iba muy descompensada al ir solo uno, casi no avanzada por las eses que daba.
Antes de que pasaran 5 min. estaba en el alquiler pidiendo una pala de piragua, de esas que tienen una pala a cada extremo de la pértiga. Suerte que la tuvieron, sino creo que hubiera devuelto el artefacto flotante.
Con un poco, mucho, más de control sobre el barco emprendí la vuelta a la isla de Sodra Djurgarden, el fallo fue que no sabia cuanto de grande era esa isla.
Hubo un momento critico justo cuando llevaba una hora de paleo. Decidí que a la hora de paleo si no llegaba al extremo de la isla no la rodearía, daría la vuelta.
La canoa tiene un casco mucho más grande que la piragua, además sobresale más del agua. Hay que añadirle que como yo iba solo, y sentado en la parte trasera, la proa sobresale aun más. La consecuencia final es una extraordinaria sensibilidad al viento lateral.
Por dos veces el viento convirtió la canoa en una improvisada veleta, dejándola apuntando a la dirección del viento, que no coincidía precisamente con mis intenciones. En este momento justo a la altura de Stora Sjotullen, no di la vuelta porque el crono marcaba 56 min. Esos 4 min., fueron los suficientes para doblar el cabo, y quedarme a sotavento. A partir de ese momento …
¡¡¡disfrute total!!!

1:55, ya tengo tiempo para cuando consiga una piragua.

Despues de lo de hoy la proxima como estos


Después de este paseito he llegado a la conclusión que Estocolmo es una de las muy pocas ciudades en el mundo en las que me gustaría vivir. Esa lista de momento solo tiene un integrante

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