CRÓNICAS DE LA "VASSA" IV: Saludos desde Metz.

El viento y la Tramontana no aporrean mi ventana. Una suave brisa se entretiene jugando con ligeros copos que parecen levitar. Algunos juguetean haciendo zig-zag entre las ramas de los árboles, otros son más pragmáticos. Caen  directamente, pero lo sepan o no, todos son juguetes en poder de la brisa.
Unos dan vida a ese viaje que comienza en el nacer y termina en el morir, estos van vienen, se equivocan, vuelven a ir y venir. Los otros, los pragmáticos, eliminan de su vida todo aquello que consideran superfluo, en definitiva aquello que da vida a los años, y no años a la vida.
Ha este juego se incorpora en ocasiones alguna ardilla que voluntariamente pasa de espectadora de un juego ajeno, a protagonista del mismo.

No estoy en el campo, un Parque Nacional, o un bosque. Estoy en Metz, concretamente en Martigny  les  Metz. Estoy en pleno casco urbano un tanto “creativo”.
Caminando por la misma acera, y en la misma dirección se puede entrar en Metz, para un poco más adelante volver a entrar en Martigny. Esto que describo es lo que veo mientras escribo esta crónica.

Si hiciéramos un vitalograma* (leer definición más abajo) a la vida de una persona veríamos dos tipos de graficas que coinciden bastante con la trayectoria de los copos de nieve que he descrito. Los que juguetean al otro lado de mi ventana, y los pragmáticos.
Hay personas que cierran su vida a cualquier cosa no conocida que pueda entrar en ella. Dicen que buscan la seguridad, pero pierden de vista cuando dicen esto que, lo único seguro que hay en la vida es el final del camino, el cual como el principio no depende de nosotros. Lo único seguro que hay en la vida es la muerte, lo demás, todo lo dermás, es probable.
Hay personas que dejan las puertas de su vida abiertas de par en par a cualquier cosa que quiera entrar en ella. No todo lo que entra es bueno, o puede serlo, pero ahí esta el del juego de la vida, el arte de vivir. Ser capaz de torear con lo malo, y disfrutar de lo bueno.


Vitalograma*: Dícese de la grafica que representa la actividad vital de una persona a lo largo de su vida. A diferencia del encefalograma, o del electrocardiograma no existe la máquina que imprima una gráfica, por lo que hay que acercarse a ella mediante estimaciones subjetivas. 
Al igual que el encefalograma plano, cuando más plana es el vitalograma de una persona más se acerca a la muerte. En caso de una persona viva, con un vitalograma plano, estaríamos hablando de un muerto en vida, zombi, o más específicamente de un ser humano biológicamente vivo, pero espiritualmente muerto.
En el caso de un vitalograma oscilante estaríamos hablando de una persona, vital, espiritualmente viva.

He llegado a Metz, yo pensaba que hacian aquí los pretigiosos flashes de los que yo poseo uno pero no …
A costado, pero he llegado. Tener que descongelar agua por las mañanas, acampar inexperadamente encima de la nieve, departir con la prensa muerto de frio ...¡vaya imagen! ...
A costado pero he llegado


Llegué a Metz el pasado Lunes 20, ahora escribo el dia, 24 Nochebuena. Fue un día que hace de buen ejemplo de esto que describía anteriormente, de dejar abiertas las puertas de la vida para que entre lo que tenga que entrar y salga lo que tenga que salir.

El Lunes amaneció en Toul nevando, a pesar de que se acostó el Domingo lloviendo. Las calles estaban muy asquerosas para circular en bici, entre otras cosas pues estaba nevando en positivo, +1ºC, y eso significa nieve paposa.
Ya por las calles me caí una vez, pero tenía la esperanza de que una vez llegado a la carretera, esta estuviera limpia. Ya una vez en la carretera, pero dentro del término municipal de Toul cogí una placa enorme de nieve helada. Otra vez tuve que probar la textura de la nieve con algo que no son mis manos. Tuve que empujar la bici un buen tramo usándola como bastón para no resbalar. Esta segunda caída ya me “mosqueó” bastante, pues estaba en la carretera, y esta no estaba limpia. Medio llovía, y el resto nevaba, no tenía visos de mejorar, visibilidad mínima, y unos 50, 60 km por delante.  Al rato volví a montar, y después de reponer la  despensa en un LIDL que encontré en el camino, volví a la ruta. Al poco ya se terminó el casco urbano y me vi de lleno en el campo, aunque en este caso blanco. Blanco de hierba y árboles. Aquí la situación ya era más seria, no había casas donde pedir ayuda, estábamos solos yo, la bici, y nuestras circunstancias.

Dos veces más volví a ser despedido de la bici “por orejas”, lo peor de esta situación era que no podía controlar el motivo. No era como en los días de P.N. Cévenes, simplemente era la nieve que se rompía a mi paso, no era que yo patinara. Al romperse la nieve produce un repentino cambio de equilibrio, que la poca adherencia del blanco elemento no puede soportar. En esta situación, culo-esquí perseguido por la bici.
La situación ya comenzaba a ser poco “agradable” Cuando ya nos habíamos repuesto de esta segunda “despedida” y estaba caminando con la bici, me alcanzó una Renault Kangoo, su conductor nos invitó a subirnos, me podía llevar hasta Metz. Me pareció lo más sensato, aun así me lo pensé. Era demasiado temprano para tirar la toalla, aunque parecía no haber ring donde boxear, solo un enorme patatal, aunque limpio, eso si, blanco inmaculado. Blanco de hierba y árboles.
Decidí irme con el, en eso yo decido por los dos, a ella también le corresponden otras decisiones de responsabilidad.
Pareció que para los coches tampoco estaba demasiado bien. Tardamos en llegar lo que tardaríamos nosotros dos, la bici conmigo, en un día normal para esa distancia y recorrido. Tardamos unas 4 horas para 50 km.

En Metz me llevó a las puertas del Centro Budista, lo clavó. Tenía un GPS, le metió los datos, y en un momento a la puerta, pero …
Dias antes me mandaron un correo que no pude leer, me decían que estaría cerrado. Cuando llegamos a las 17:00 estaba cerrado, pero un papel a la puerta decía que habrían a las 18:30. Esperé en un bar bebiendo y cosiendo hasta esa hora. Cuando llegó la hora no había luz en el Centro, y un poco después, seguía sin haber luz. Decidí salir del bar e ir a mirar.
Había una mujer dentro que no sabía nada. Yo sabía que tenía frió, estaba mojado, y quería sacarme todo eso de encima. Llamó a unos y a otros, al final se esclareció el tema. Me mandaron el citado correo pero yo no lo pude leer. Resumiendo, no me podía quedar en el Centro Budista, una vez que lo tuve claro salí pitando a buscar una cama.
Cuando ya me había alejado más de un centenar de metros y girado una esquina, me alcanzó corriendo el “amigo”, así es como se dice ahora, de la mujer y me invitaron a ir a su casa.
La sorpresa es que no estoy en su casa, es aún mejor. Estoy en un estudio que tienen en el primero, ellos viven en el sexto. Es muy pequeño, pero la bici no estorba, esta afuera. Tiene ducha, cocina, salón dormitorio, mesa de estudio y trabajo, y un ventanal enorme …
¡¡¡estoy mejor que si estuviera con ellos en su casa!!!

Hoy es 24, Nochebuena. Ellos se han marchado a Estrasburgo, cena familiar, cosas de la Navidad. Yo pensaba salir hoy para Luxemburgo, pero no me apetece, aquí estoy muy bien, muy a gusto, y quiero descansar. Los tres días anteriores enteros en Metz no he parado de hacer cosas del viaje, me apetece descansar, y además nieva.
Ellos se han marchado y me han dejado en su estudio, me han dejado solo con las llaves. Hace unos días estas personas no sabían nada de mi, ni de mi existencia. Me conocieron y en unos minutos me invitaron a su casa, hoy me la han dejado, estoy yo solo con las llaves. Personas así hay más en el mundo, no hay una ruta para poder encontrarlas, pero si para que entren en la vida de uno cuando se encuentran, y es muy sencilla …
¡¡¡solo hay que dejar abiertas las puertas de la vida para que entre lo que tenga que entrar, y salga lo que tenga que salir!!!


EL LUNES 20:
Así se despertó Toul
Así estaba la ruta


LOS BUENOS SAMARITANOS:
El chófer
Los anfitriones


MI HABITACIÓN DE LUJO:


Llevo casi 1500 km desde que saló de Menorca, y 37 dias me separan del inicio en el puerto de Mahón. Parece que esto se nota, entre otras cosas, en que soporto mejor el frio, tengo más experiencia, y me abrigo mejor. Un poco más si, pero sobre todo mejor. Las temperaturas que en el viñedo, a la salida de Béziers, eran insoportables, ahora son cotidianas. Creo que el cuerpo también se adapta al frío.
He avanzado más rápido de lo que había calculado en Lyon. Allí hice un calculo de 13 días según la velocidad media entre Barcelona y Lyon. He llegado en 10 dias, lo que me da mucha tranquilidad de cara al futuro. No voy tan mal como pensaba.


ESTADÍSTICAS:
DISTANCIA: De Barcelona a Metz he tardado 36 días, en recorrer los 1440 km que realizado entre ellas. De los cuales he viajado en bici 27 dias, y hecho tareas de intendencia el resto.
La media en kilómetros de los días que me he desplazado en bici han sido 53, pero esa media no es real, los días que no viajo en bici son parte de un ciclo-viaje largo, varios meses, y son inevitables, por lo cual la media real, la que uso en casa para hacer cálculos es de 40 km.
VELOCIDAD MEDIA: La velocidad media resulta incalculable. Del tiempo que me estoy moviendo en la bici es algo cercano a los 15 km/hora, pero esto no es real. La cantidad de paradas que hago a lo largo del día no quedan registradas puesto que “el Polar” automáticamente las descarta. La media real por hora transcurrida entre la primera pedalada y la última, ronda los 10 km por cada hora.
TEMPERATURA: Sería interesante un balance de la cantidad de horas a bajo cero, tanto pedaleando, como en los dias de acampada. No la tengo


LA RUTA ALEMANA
Ya tengo perfilada la ruta que haré por Alemania.
Eludiré intencionadamente las grandes ciudades, ni siquiera pasaré por Hamburgo como tenía claro en un principio. Al clarificar la ruta por Dinamarca, el paso por Alemania surge por obvio.
He visto al Nor-Oeste de Hamburgo una paso en barcaza del río Elba, supongo que aquí ya será una ría. Este paso me hace la ruta entre Luxemburgo y Flensburg mucho más recta. Aproximadamente a través de Alemania me saldrán unos 1100 km.
Como podéis ver en este enlace deje abierta una doble posibilidad para atravesar Dinamarca, pasando por Copenhague, o recorriendo de Sur a Norte la península.  Este último recorrido es un poco más corto en kilómetros, pero tiene algo mejor que no había visto en Menorca.
Puedo recorrer la península hasta la mitad, concretamente hasta Grená, y allí coger un barco hasta Varbeg, unos 75 km al Sur de Estocolmo. Esta es una solución intermedia, pero he visto otra mejor.
Puedo seguir la ruta original hasta el Norte de la península, hasta Frederikshavn, pero una vez allí no coger barco hasta Estocolmo, sino hasta Oslo, esta última opción tiene dos ventajas. Me ahorro un montón de kilómetros en bici, Oslo esta bastante más cerca de Salem que Estocolmo, y además visito un país más. Un motivo para mandarle una postal más a mi mamá.

2 comentarios: